A propósito de la ola de saqueos desatada en Cumaná el día de ayer, martes 14 de Junio, es preciso efectuar algunas consideraciones al respecto. En primer lugar, al igual que el resto del país, padecemos las mismas consecuencias de las demenciales políticas públicas del gobierno nacional, de sus irresponsables medidas económicas, etc, que parecieran inspiradas en libros de hechicerías, con conjuros y todo.
En segundo lugar, y nada diferente a los 40 años anteriores a estos 18 transcurridos, la pobreza, la falta de empleos, de empleos estables, la ausencia de inversiones de importancia productiva en infraestructura, industria ligera, manufacturas y servicios, ha redundado en una migración histórica hacia otras regiones del país, y a una disminución progresiva de la calidad y expectativa de vida del sucrense.
En tercer lugar, tanta riqueza material generada en sus actividades agrícolas, pesqueras y hoteleras va a parar a la capital de la República, tanto en ganancias líquidas como en impuestos, siendo el gobierno central y el sector financiero sus principales beneficiarios, y dejando a nuestra entidad sin posibilidades de reinvertir en reconstruir, recuperar, mejorar, y/ o ampliar su potencial productivo.
En cuarto lugar, a partir del mes de Marzo, lo que eran medidas extremas y esporádicas, comenzaron a hacerse frecuentes en las capitales, comunidades, asentamientos y caseríos de los Municipios Ribero, Mejía, Bolívar y Sucre. La falta de agua, una de las razones principales, fue cediendo paso a las trancas o tomas de la carretera nacional (troncal n° 9) por la falta de alimentos para comprar y consumir. Durante días consecutivos y en comunidades diferentes se presentaba tal situación, algunas de las cuales luego de más de 8,10, 12 y hasta 14 horas eran atendidas por algún funcionario que adquiria el compromiso de garantizar un operativo de mercal o venta de bolsas de comida, del cual, luego, solo la promesa era un recuerdo, un desgarrador y traumático recuerdo.
En quinto lugar, la despiadada respuesta del gobierno al cierre de la carretera nacional por parte de los pobladores de Cerezal, precisamente, ante el incumplimiento de venderles 400 bolsas de comida , que en horas de la mañana de ese mismo día, un burócrata les ofreció. La burla tuvo un alto costo, lamentable para la familia y vecinos del joven fallecido a manos de funcionarios policiales y militares que acudieron al lugar con órdenes de darle un escarmiento a los cerezaleños.
En sexto lugar, en Cumaná se recibían informaciones; durante varios días, de que en determinados barrios estaban sometiendo a conductores y le retenían el camión cava que transportaba alimentos que luego eran saqueados.
En séptimo lugar, a partir de mediodía y entrada la tarde noche de ayer martes, los saqueos, y el vandalismo y desvalijamiento también, se realizaron a gran velocidad, unos tras otros. No hubo capacidad de disuasión o contención, ante la sospecha de que elementos del hampa común; mejor armados y pertrechados que la policía, estaban involucrados en los saqueos de algunos de los comercios afectados.
En octavo lugar, mientras se suscitaban los hechos, escuchandose de fallecidos, heridos, detenidos, cierre de avenidas y calles y utilización de alcantarillas para tales propósitos, que tanta intranquilidad y angustia en la ciudadanía generaba, no hubo de parte del Presidente Maduro alusión alguna, durante la cadena a la que en horas de la tarde de ayer nos sometió, a lo que ocurría en Cumaná, ningún llamado a la ciudadanía a la calma,etc.
En noveno lugar, a las 8:00 PM el Gobernador Luis Acuña, se dirige, a través de una rueda de prensa, a la población. No hubo llamados previos a la calma, a no salir o regresar a sus casas a las personas, a devolver lo hurtado o tomado que no fuesen alimentos, etc. OCHO HORAS DESPUÉS de los hechos desencadenados es cuando el gobernador del Estado Sucre, da un parte de lo ocurrido, y acusa a la oposición de estar tras estos condenables hechos, de haber orquestado y planificado muy bién los saqueos.
Y en último lugar, como último acto de gobierno, antes de renunciar, que es lo que debería hacer el gobernador por incapaz e incompetente, debería exigirle a Maduro que destituya a los directores del SEBIN, DIM, CICPC, IAPES, GNB, ZODI, GUARNICIÓN MILITAR y una larga lista de organismos de seguridad del Estado en Sucre, por no haber detectado tan macabro plan, por no haber advertido con sus respectivas secciones o departamentos de inteligencia tan peligroso y desestabilizador plan.
La solución a la crisis política ni es con saqueos, ni con represión. El descontento y la protesta popular tienen su cauce, tienen en el #ReferendumRevocatorioYa, en el #GobiernoUnidadNacional y el Programa #CambiodeRumbo su alternativa frente a el caos que los farsantes y parlanchines del gobierno de Maduro tienen hundido al país.
Profesor José Teixeira. Secretario General de Vanguardia Popular (VP) en el Estado Sucre.
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