Se ha hecho un lugar común que la conversación del venezolano sea en torno al hambre. La pregunta del día a día es ¿cuantos kg de peso has perdido? O se exclama, ¡cómo te tiene la dieta de Maduro! Mientras ellos abusan del poder para mentir, manipular, agredir y maniobrar para no perder lo que se han ganado saqueando al país, el hambre campea y la sociedad sufre un proceso generalizado de empobrecimiento terrible.
Mientras ellos vociferan “la patria sigue” la crisis llega a niveles catastróficos. Es la indolencia absoluta del poder. Las familias hacen malabarismos para medio comer, hay una especie de canibalismo colectivo, el bachaqueo y la sobrevivencia a costilla del otro se está haciendo costumbre. La crisis humanitaria no es cuento, a la escasez, el desabastecimiento de productos alimenticios y medicinas, se suma que el poder adquisitivo del salario se fue al suelo, es imposible que una familia que percibe un salario de Bs 15.051 y una cesta ticket de 18.585, pueda sobrevivir ante la canasta alimentaria que está por el orden de Bs 365.432 y la cesta básica sobrepasó los Bs 400 mil, es algo inaudito.
Esta realidad se agrava por la ineficiencia y la corrupción de un gobierno que, por ejemplo, importó semilla de papa y zanahoria en mal estado, causándole pérdida de la cosecha a miles de productores de los estados andinos, igual pasó con el arroz y el maíz que por la falta de semilla se sembró durante el 2015 y 2016 menos de la mitad estimada para poder cubrir los requerimientos de los dos más importantes rubros alimenticios del venezolano.
Por ello el clamor de los venezolanos por revocar a los hambreadores por vías constitucionales y democráticas. En la convicción de que la continuidad de este régimen no solo terminará por destruir lo poco que queda del aparato productivo, que de 12 mil industrias que habían, sólo subsisten 4 mil produciendo al 50% de su capacidad, sino que como consecuencia habrá muchas muertes por hambruna y falta de medicinas, además del incremento de enfermedades de todo tipo, incluido el cáncer de piel que pudiera afectar a miles de venezolanos que se calan el sol inclemente en las colas para poder comer.
En ese sentido se debe promover en el corto plazo una medida cautelar “amparo contra el hambre” ante organismos jurisdiccionales a los fines de exigir al ejecutivo nacional que se reconozca la crisis humanitaria por razones de falta de alimentos y escasez de medicinas y que en consecuencia permita el apoyo internacional en función de aliviar el sufrimiento de la familia venezolana. De no lograrse por esta vía, la sociedad tiene todo el derecho de acudir a instancias internacionales, entre ellas la Organización de Naciones Unidas para que dicho organismo tome las medidas pertinentes y así evitar una terrible mortandad.
Seguros estamos que ambos caminos son viables y necesarios, se puede revocar a los hambreadores y conquistar el amparo contra el hambre. Es más, el descontento y el clamor mayoritario por el cambio, hace factible que durante los 3 días de recolección de firmas participen entre 6 y 7 millones de personas e incluso doblar las 4 millones de firmas requeridas, eso significaría revocar a Maduro por anticipado y si con la presión de todos, también se logra la ayuda humanitaria, implicaría un aislamiento mayor del régimen a escala internacional.
Ing. Golfredo Dávila
Secretario General Vanguardia Popular Zulia
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