El título se basa en el chiste del candidato que ofreció un puente y como el pueblo voceó ¡no tenemos río! respondió con emoción, pues también construiremos el río. Esta reflexión sobre la demagogia de ciertos políticos en campaña electoral, debemos contrastarla con lo que ha de ser un discurso genuino y una propuesta sensata de gestión pública en tiempos de dictadura.
Como se sabe, la crueldad de la dictadura no tiene límites, aparte de darle muerte a la Constitución Nacional, las leyes, a la institucionalidad y la autonomía, cierra cualquier rendija por donde se pueda ver la luz y pone en práctica el refrán “ni lava ni presta la batea” y de paso te quita el agua; en medio del terrorismo de Estado, no causaría sorpresa si hacen prisionero por apátrida a un gobernante que se atreva a buscar auxilio financiero externo para resolver, por ejemplo, el problema eléctrico en su Estado o Municipio; se sostiene de los impuestos y de la economía negra o ilícita que surge del contrabando, del extractivismo depredador y ecocida, del narcotráfico, la extorsión y el matraqueo, de allí salen las migajas para sus súbditos de los poderes intermedios y para los protectores, ahora convertidos en ciudades comunales, forma de desconocer los resultados electorales si no les favorecen.
Ante ese cuadro, cabe la pregunta ¿Vale la pena participar en el proceso electoral regional y municipal? Pues depende de la concepción que se tenga de esta forma de lucha. Si no hay unión y participas como si tuvieras en un país normal, con la vieja práctica electoralista de reducir el proceso al simple acto de votar, de ofertar villas y castillos, o para la competencia de imágenes, pues de verdad no tiene ningún sentido hacerlo; en cambio, otro gallo cantaría si nos unimos para subvertir el desorden y la arbitrariedad y auspiciar una política dirigida al cambio, tal como la resumimos en los siguientes tips:
- 1. Insertar el escenario electoral dentro del proyecto integral. Esto exige del dirigente dejar de actuar a la vieja usanza, acompañar y hacerse acompañar del pueblo en sus reclamos y habilidad para engranar la lucha social con la lucha por derrotar la tiranía.
- 2. Concebir la campaña electoral como un lugar para el encuentro, para el debate con la gente, para acumular fuerzas y para preparar la defensa en la calle de los resultados.
- 3. El compromiso de una gestión colectiva para la solución de los problemas, contrasta con la del Mesías candidato “Yo les resolveré sus problemas” y con el chavista que después de mutilarte las piernas te ofrece una silla de ruedas.
- 4. El plan de gestión regional o local debe interactuarse con los ciudadanos,siempre se ha dicho, la comunidad organizada conoce mejor los problemas y sus soluciones que los técnicos, además,una gestión eficaz surge del vivir democrático, que es vivir en el mutuo respeto, en el cual el otro es reconocido en su legitimidad;en el conversar y consensuar planes comunes de convivencia; y en poner en práctica la sabia premisa de saber escuchar.
- 5. Edificar una nueva forma de hacer política y de gestión pública, requiere una praxis orientada por la ética, que promueva al máximo la organización,participación, formación y capacitación de la ciudadanía, para que,con su potencialidad y creatividad,se involucre en la vida pública y gestione proyectos individuales y colectivos; un programa educativo-cultural que eleve la autoestima y la capacidad crítica, que rescate los valores de la decencia, del respeto, la solidaridad y la responsabilidad.
- 6. Para una gestión exitosa reeditamos la propuesta del gobierno abierto o gobierno de los vecinos que hicimos en el 2013, basada en democracia, transparencia, participación en el control de la cosa pública y comunicación permanente con la gente. Esta no depende de los recursos del poder central e irrumpe con la vieja estructura anquilosada, burocrática, oscura y cerrada. Lograrlo no es una quimera, diversos países del mundo, la ONU, los organismos multilaterales de desarrollo apoyan programas para superar la pobreza extrema y la Emergencia Humanitaria Compleja, y financian proyectos para una economía sustentable y sostenible.
Ing. Golfredo Dávila, de Vanguardia Popular
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