El voto no es el único instrumento democrático de participación que tiene una sociedad para darse el cambio que merece, sin embargo, es el menos traumático. En nuestro País, producto del cerco de todas las formas de expresión, de la criminalización de la disidencia política y la protesta,impuesta por parte de régimen oprobioso, represivo y dictatorial, el voto se ha erigido en una de las formas de luchas más importantes.
El CNE no ha podido, ni podrá imponerse contra la voluntad de cambio, ni contra la fuerza social que se ha levantado; el voto representa un arma para el desahogo frente a tanta infamia, mentira, burla y opresión; la abstención es un derecho, pero en tiempos de dictadura y de tragedia, como la que sufrimos, favorece al régimen. Además, la participación electoral, no contrasta con la protesta social y política, sirve para acumular fuerzas en pro de lograr el objetivo estratégico, que es salir del régimen.
No se trata de un discurso acomodaticio, y sería inaudito pensar que quienes hemos estado por mucho tiempo luchando en las calles, las abandonemos.Somos coherentes, los lectores pueden recordar que 45 días antes del parapeto constituyente, en el artículo, “los escenarios planteados”advertimos que íbamos a un desenlace, pero que no podíamos colocarle fechas, que la rebelión tenía las condiciones objetivas y subjetivas para triunfar, pero que el régimen podría imponer el fraude, a través de la fuerza de las armas y la represión, y precisamos allí que la consumación de ese delito, no causaría los niveles de frustración antes ocurridos.
Posterior a los 4 meses de conflicto y de la represión bestial, causante de más de 120 asesinatos, decenas de miles de heridos y miles de detenciones arbitrarias, y en medio de un proceso político escabroso, volátil y cambiante, dijimos en el artículo, “rebelión y política electoral, en tiempos de dictadura” que la sociedad opositora tenía que estar preparada anímica y organizativamente para todo, que la clave está en la habilidad para definir en cuál y en qué momento, una forma de lucha y organización es más efectiva y contundente.Y hoy el voto, es un instrumento subversivo de un pueblo desarmado.
Por fortuna,la gente no ha requerido de muchas explicaciones, para saber que la rebelión también se expresa con el voto,no se imaginan los abstencionistas, el entusiasmo que ha despertado el proceso convocado para el 15 de octubre, el cual se convertirá en un plebiscito, que demostrará ante el mundo que el régimen sólo se sostiene por la violencia.Deducimos esto por la alegría que se percibió en todas las tendencias y sectores del Zulia, luego que más de 305 mil electores participaran en las primarias, en las que triunfó Juan Pablo Guanipa.
Guanipa ganará en el Zulia y los candidatos de la MUD, harán lo mismo en la mayoría de los estados, lo cual nos colocará, sin dudas, en mejores condiciones para enfrentar al régimen. En nuestro caso, hay dos sentimientos favorables al cambio, uno es el rechazo a Maduro y a su cómplice Arias Cárdenas, el otro es el respaldo a quien encarna un proyecto que reivindica la política de altura, con capacidad y trayectoria de lucha al lado del pueblo, que enfrenta el hambre y la escasez, que defiende la Constitución y la democracia, y que está decidido a no arrodillarse ante el centralismo, para lograr progreso y calidad de vida para todos. Guanipa es, en síntesis, UNIDAD, LUCHA y CAMBIO.
Ing. Golfredo Dávila, Secretario General de Vanguardia Popular en el Zulia
0 Comentarios
¡Únete a Vanguardia Popular...Unidad Popular para el Progreso, sin Sectarismos ni Exclusión...!!