Robin Rodriguez |
EVITEMOS UN DESENLACE VIOLENTO A LA CRISIS VENEZOLANA: Al analizar la experiencia internacional sobre el tratamiento de la amenaza de guerra entre los habitantes de un mismo país, podemos citar cómo Nelson Mandela y sus colaboradores, pese de ganar la presidencia con un 63% invitó a sus contendores políticos a unirse a su gabinete; desarrollando un Gobierno de Unidad Nacional, dónde fue nombrando como vicepresidente al que había obtenido 20% de los votos y como segundo vicepresidente al que logró el 10%; como parte de uno de los acuerdos planteados por el propio Mandela en la mesa de negociación por la paz y la reconciliación nacional. El primer vicepresidente venía de ser el presidente que antecedió a Mandela y con el cual había tenido duros enfrentamientos, al punto de acusarlo de asesino y de estar detrás de la feroz violencia desatada para evitar el desarrollo del proceso electoral donde era evidente el triunfo de Mandela y el desplazamiento del poder de un régimen represivo que negaba los derechos a la mayoría de los habitantes de ése país, por su condición de ser de raza negra.
También podemos citar la experiencia chilena; cuando en el plebiscito que se realizó el 5 de octubre de 1988, oportunidad en que la oposición le ganó al dictador Pinochet con un 54,7 % de los votos, contra un 43,01 % para la opción que respaldaba la junta militar. Motivando que en 1990 Pinochet cedió la presidencia. No obstante, conservó la jefatura de las Fuerzas Armadas hasta marzo de 1998, como parte de una salida negociada.
Son muchas las experiencias de otros países que podemos citar, donde también hubo torturas, asesinatos, presos políticos, exilio, corrupción... Pero como lo dicen los consultores políticos, JJ Rendón y el director de DATANÁLISIS Luis Vicente López; es de tonto pensar que un gobierno con tantas irregularidades como el nuestro van a dejar el poder para ser encarcelados o exterminados como suelen escribir algunos en las redes sociales. Sobre todo, cuando estamos ante un régimen con una presencia mayoritaria en los espacios de poder político y económico de militares activos y retirados, donde el PSUV es una maquinaria electoral y las bases chavistas son simples espectadores y víctimas como el resto de los venezolanos, del saqueo de las riquezas del país por parte de la cúpula CÍVICO-MILITAR que sustenta el poder.
Antes una situación tan compleja, delicada y peligrosa. La negociación política debe entrar en juego. Lamentablemente la falta de coraje político para convocar a la escogencia del que se medirá por parte de la unidad, en una elección para sustituir a Maduro, hace que en la oposición existan muchas agendas ocultas y una disputa por la postulación presidencial, que imposibilita una mayor cohesión política. Por otro lado, posiciones "radicales" que encubren la disputa antes mencionada, imposibilita una negociación con sectores de ésa CÚPULA CÍVICO-MILITAR en aras de garantizar una salida pacífica, constitucional y electoral a la grave crisis que sacude nuestra nación. Esto entre otras deficiencias que requiere de un debate sincero y sin complejos. PERO LAMENTABLEMENTE MUCHOS DIRIGENTES PREFIEREN DESCARGAR LAS CULPAS EN NUESTRO PUEBLO QUE NO SALÉ A DERROCAR EL TIRANO, CUANDO EN VERDAD ES LA FALTA DE CONEXIÓN CON LOS INTERESES DE ÉSA POBLACIÓN LA CAUSA PARA QUE SIGA SIENDO UN ESPECTADOR.
ROBIN RODRÍGUEZ Cel. 04148292493 @robinrodrguez
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