Golfredo Dávila: Voto propositivo vs. Voto castigo

Golfredo Dávila: Voto propositivo vs. Voto castigo

Hemos dicho en otros artículos, que se ha abierto un proceso de despolarización política del país, que es sin duda un signo positivo, ello no quiere decir que ocurra lo mismo con la polarización electoral. Vastos sectores opositores, que aun siendo muy críticos de la MUD,  votarán por la tarjeta de esta instancia unitaria, porque vuelcan su mirada al país y a la crisis antes que subsumirse en problemas domésticos o en cualquier rasgo negativo que aprecie en el principal contendor del régimen, además que esta instancia unitaria le ofrece la única garantía para derrotar a quien ha llevado al país al desastre actual.

Esta realidad aunada, al sistema electoral de mayorías presente en nuestro país y a la condición hegemónica del régimen, hace que no haya espacios para terceras opciones, de tal forma que, estemos o no de acuerdo, los polos dominarán la escena electoral este 6 de diciembre. Claro que para el PSUV, las cosas no serán iguales, el descontento y el desencanto minó sus bases, lo cual no significa que es automático que trasladen su respaldo a la MUD, muchos lo harán, pero otros seguirá anclados allí, y otros se abstendrán. Lograr que el descontento se transforme mayoritariamente en voto opositor, dependerá en gran medida de la difusión que se haga de la propuesta de cambio, pues ella encarna las aspiraciones de las mayorías que hoy padecen los graves problemas sociales y económicos.
Para la oposición es tarea de primer orden masificar el voto, y aun sabiendo que el voto castigo se impondrá, pues debe hacer lo posible por transformarlo en voto pro.positivo. Ello implica apelar a la consciencia del pueblo, no basta con rechazar al gobierno y a su política, es clave para el futuro de los venezolanos que este proceso electoral abra el camino para un cambio profundo de la realidad. Es el primer paso para la solución de los problemas apremiantes, para iniciar la reconstrucción nacional y encaminarnos al desarrollo, en ese sentido, la campaña electoral, aparte de conjugar emociones, debe ser pedagógica. 
Insistir en la propuesta de cambio de rumbo no es terquedad, el país reclama soluciones y no aguanta más diferimientos, por ello la importancia de articular fuerzas alrededor de un poderoso movimiento social y un programa para la emergencia. En ello debe jugar un papel protagónico el Parlamento, que aún cuando no es el órgano que ejecuta las políticas públicas, está llamado a colocarse del lado de la sociedad para producir los cambios. Además, de seguro los resultados electorales producirán una nueva Asamblea Nacional contraria a la hegemonía gubernamental, tal como indican todos los estudios de opinión, siendo así, los diputados deberán jugar dos roles preponderantes: 
1. Impulsar en la calle los cambios políticos, acompañando a la gente, a las comunidades, a los trabajadores, a los gremios, sindicatos y a la sociedad civil, en sus reclamos, exigencias y propuestas, al mismo tiempo en que deberán convertir a la AN en el motor de la reconciliación de los venezolanos y del diálogo social. 
2.  Cumplir con su papel de contraloría y vigilancia en la acción de los funcionarios e instituciones, en función de la transparencia, del contrapeso y equilibrio entre los poderes, además de derogar las leyes anticonstitucionales y lesivas a los intereses del pueblo, reformar otras y crear nuevas dirigidas a reinstitucionalizar el país, a solventar los graves problemas de escasez, desabastecimiento, inflación e inseguridad y a reactivar el aparato productivo, y por supuesto reconducir la Ley de presupuesto de 2016 para dar inicio al plan de reconstrucción nacional.

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